Seguramente le ha llamado la atención el intenso color anaranjado casi rojo, que se ha podido contemplar al atardecer en el norte de Chile desde enero. Si aún no lo había averiguado, esto tiene una explicación científica que tiene directa relación con la erupción que ocurrió el pasado 14 de enero en el volcán Hunga Tonga Hunga Ha’apai.
De acuerdo a información aportada por la Red Geocientífica de Chile, esta gran erupción dejó como resultado una columna eruptiva de más de 30 kilómetros de altura, junto con una emisión de más de 400 mil toneladas de dióxido de azufre, alcanzando hasta la estratósfera.
Este material sumado a las masas de aire y las diferentes presiones del ambiente, hacen que los gases post erupción se desplacen, lo que habría ingresado al norte del país para ir trasladándose hacia el sur. En tanto, la Red Geocientífica explica que esto no es contaminante ni perjudicial para la población, ya que se encuentra en el ambiente a gran altura, unos 9.360 metros sobre el nivel del mar, por lo que es inofensivo.