Un completo registro visual para identificar la abundancia y distribución de la ballena de aleta (balaenoptera physalus) presente en la península de Mejillones, región de Antofagasta, está siendo desarrollado con el objetivo de preservar y proteger en la zona a este tipo de cetáceo.
El estudio pionero, realizado por la egresada de la carrera de Ingeniería Civil Ambiental de la Universidad Católica del Norte (UCN), Aracelli Arriagada Huenuqueo, en el Centro de Investigación de Fauna Marina y Avistamiento de Cetáceos de Mejillones (Cifamac), constituye el primer catálogo de foto identificación para la especie realizado en el territorio.
El trabajo determina la cantidad de ballenas que se avistan en el lugar, y entrega información científica relevante para impulsar e implementar estrategias de conservación efectivas, en especial para las distintas amenazas que sufren las ballenas, como las colisiones con embarcaciones, entre otras.
“Es el segundo animal más grande del mundo, después de la ballena azul, y presenta una aleta dorsal prominente de la cual deriva su nombre”, describe la ingeniera formada en la UCN, quien agrega que el estudio del cetáceo tiene especial relevancia, ya que la especie contribuye a fertilizar el océano con sus heces, las cuales poseen nutrientes que ayudan a la proliferación de algas microscópicas.
Añade que la ballena aleta genera un especial interés ante los desafíos del cambio climático, debido a que en su vida acumula en su cuerpo una gran cantidad de dióxido de carbono, constituyéndose en un agente purificador del ambiente. “No lo elimina, lo retiene en su organismo, y al momento de morir en la profundidad del mar aloja este dióxido de carbono en los sedimentos”, especifica.
HUELLA DACTILAR
La investigación, que constituye el trabajo de tesis de Aracelli Arriagada, logró identificar un total de 151 ballenas. En el registro cobran especial importancia las fotografías de las aletas dorsales de los animales marinos. “Son como nuestras huellas dactilares, y son únicas para cada individuo. Esto nos permite diferenciarlas”, acotó.
Explicó que el trabajo de recopilación se extendió desde 2016 al 2021, generando un total de 1.850 fotografías. En esa tarea tuvo un rol fundamental Cifamac, organización no gubernamental con la que la especialista de la UCN compartió experiencias junto a la tutora externa de esa ONG, Dra. Ana García Cegarra, con quien analizó los datos recopilados durante cinco años de investigación.
TRABAJO COLABORATIVO
La académica del Departamento de Ingeniería Química de la UCN y guía de la tesis de pregrado, Dra. Bárbara Fuentes Siegmund, resaltó el trabajo colaborativo desarrollada por Aracelli Arriagada con Cifamac. “Es muy importante que una estudiante de último año de la carrera de Ingeniería Civil Ambiental haya tenido la oportunidad de trabajar en una ONG que se encarga del cuidado y estudio de la fauna marina en el sector de Mejillones”, manifestó.
La investigadora añade que la realización de esta memoria incluyó salidas a terreno en bote para hacer el registro y monitoreo de la fauna marina presente en el lugar.
“El tema de la conservación es muy importante para nuestra carrera y para la preservación de la fauna en la región, en espacial de las especies marinas menos conocidas. Hay una gran diversidad de cetáceos en la bahía de Mejillones, y es ahí donde la ingeniería ambiental tiene un rol protagónico en su protección”, especificó la académica. Los detalles de la información recolectada y reunida en el estudio estarán disponibles próximamente en las plataformas de la Biblioteca de la UCN. De igual forma, se espera publicar los resultados en una revista científica.