El Tren a las Nubes es uno de los mayores atractivos turísticos con que cuenta la provincia de Salta en el Norte Argentino. Esta experiencia combina trayectos por ruta y ferrocarril, donde se puede disfrutar de los paisajes y la cultura andina. Y también invita a revivir la epopeya de esta construcción ferroviaria, iniciada por 1920 por el ingeniero Richard Fontain Maury, alma mater del proyecto.
En el año 1948, después de más de dos décadas de construcción, se inaugura el 20 de febrero en el Paso Internacional Socompa. Este ramal C14, conocido como Trasandino del Norte, tenía como objetivo abastecer con materia prima proveniente de Argentina al norte de Chile. Y, por supuesto, también ubicar las producciones del norte argentino en los países de la Cuenca del Pacífico, ya que este tren forma parte del tendido ferroviario que parte de la ciudad de Salta y que llega al puerto chileno de Antofagasta.
Los orígenes del tren como atractivo turístico se remontan al año 1971, en que un periodista llamado Emilio Petcoff, realizó un viaje en lo que fuera por aquel entonces una máquina locomotora, transitando regiones de promedio unos 3.700 msnm y alcanzando en el punto más alto los 4.220 msnm. El vapor de la locomotora se condensa y crea una nube densa y blanca, que lo inspira a posteriori a publicar una gacetilla de prensa donde dice “He viajado en un tren a las nubes”. La prensa porteña recoge este artículo y ya en el año 1972, la Compañía Nacional de Ferrocarriles Argentinos hace propio el producto, inaugurando así una etapa de turismo ferroviario.
Se parte de la ciudad de Salta adquiriendo un producto que se denomina “Bus-Tren-Bus” o también se puede optar por la opción de ticket “Solo Tren” y hacer el tramo de ruta por cuenta propia.
“La compra de los tickets se puede realizar directamente por nuestra página web o telefónicamente a nuestra oficina de ventas o adquirirlos a través de una agencia de turismo habilitada. Se aconseja descansar bien la noche anterior, llevar abrigo, y ya en viaje hidratarse bien y tratar de comer liviano evitando comidas de difícil digestión, para que no nos afecte el viaje en altura”, comenta Sebastián Vidal Presidente de Tren a las Nubes.
El recorrido atraviesa diversos ecosistemas desde el verdor de las yungas en el sector de Campo Quijano, y conforme se va ascendiendo e ingresando al sector andino va mostrándonos los distintos paisajes que se van dibujando. La Quebrada del Toro, muy pintoresca y donde las formaciones geológicas juegan con las formas y con los colores e invitan al viajero a detenerse y hacer paradas fotográficas.
Se promueve el turismo con la participación de las comunidades que se encuentran a lo largo de la Ruta Nacional 51. Una parada obligada para tomar un café al aire libre y comprar productos regionales es en el puesto El Alfarcito, que es donde se da la transición entre la Quebrada del Toro y el inicio de la región de la Puna.
Una vez que ya en la alta montaña, se llega a la localidad de San Antonio de los Cobres, donde se encuentra la estación del tren que hará el recorrido hasta el Viaducto La Polvorilla. Durante todo el trayecto en el tren se cuenta con el acompañamiento constante de guías turísticos bilingües. A bordo se dispone de un servicio de catering para todo aquel que quiera algo de beber o una comida ligera para las tres horas que dura el viaje. Se cuenta también con personal médico que tiene por objeto monitorear y asistir a aquellas personas que puedan tener algún problema con la altura.
Se recorre la región de la Puna en medio ya de las altas cumbres de montañas con alturas de hasta unos 6.300 msnm. Finalmente se llega al imponente Viaducto La Polvorilla que es el ícono del recorrido y donde el tren alcanza los 4.220 msnm, y allí se hace una parada donde los pasajeros descienden para tomar fotografías. El viaducto es un puente que se levanta en medio de la quebrada; tiene un lado cóncavo y el otro convexo y fue montado con sistema de remaches inspirado, por el ingeniero que estuvo a cargo de su construcción, en las obras de Gustave Eiffel.
Al regreso a San Antonio de los Cobres se le da al pasajero un tiempo para recorrer el pueblo y conocer la comunidad local, sus costumbres, las típicas construcciones de adobe, la gastronomía local y poder adquirir productos artesanales.
Durante el regreso a la ciudad de Salta por ruta se realiza una última parada en Santa Rosa de Tastil. Allí se puede visitar el Museo de Sitio, que exhibe objetos pertenecientes al sitio arqueológico ubicado en la parte alta del cerro, muy próximo al actual poblado. Este sitio arqueológico es uno de los más grandes de Argentina, se calcula que llegó a albergar aproximadamente 3.000 personas.
“Las expectativas para el 2024 son alentadoras ya que venimos de dos temporadas récord. En 2022 tuvimos nuestro máximo histórico con más de 79.000 pasajeros transportados. En 2023 hemos superado los 72.000 pasajeros. Y hemos tenido las mejores vacaciones de invierno, logrando el récord absoluto de salidas en un mes con un total de 40 salidas durante julio de 2022. Estamos trabajando de manera conjunta con el Gobierno de la Provincia de Salta, con el Ministerio de Turismo y con el Inprotur de Salta para poder atraer el mayor número de turistas para que conozcan la experiencia del Tren a las Nubes, y por supuesto también todo lo que ofrece el destino Salta, como ser la Ruta del Vino de Altura, su gastronomía, su arquitectura colonial y su diversidad de paisajes”, concluye Vidal.
Cada región tiene algo único que ofrecer, convirtiendo a Salta en un lugar que deja una impresión imborrable en quienes la visitan.
Más info: www.trenalasnubes.com.ar www.visitsalta.ar