Ocho mujeres nacionales y migrantes de la región de Antofagasta recibieron sus diplomas de “lideresas comunitarias”, dando por finalizada una etapa de formación que tuvo como objetivo fortalecer y desarrollar competencias relativas al ejercicio del liderazgo en las comunidades desde un enfoque holístico y con perspectiva de género.
El programa estuvo a cargo de la Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana de la Universidad Católica del Norte, junto al proyecto Intervención, Migración, Investigación (IMI-UCN) y contó con el financiamiento de Escondida | BHP.
En la ceremonia de finalización, Erika Tello Bianchi, Directora General de Pastoral y Cultura Cristiana del plantel, destacó que esta instancia, buscó fortalecer los liderazgos sociales femeninos. “En tal sentido, hemos podido ir contribuyendo con las potenciales capacidades de las mujeres locales, orientar tales fuerzas hacia la consecución de los fines que se han propuesto”.
Agregando que “la presencia femenina en nuestro espacio urbano ha podido lograr forjar comunidades representativas e interlocutoras con las instituciones y autoridades regionales y locales”.
El Jefe de Carrera y académico de la Escuela de Periodismo de la UCN, José Luis Villalobos Contreras, puso énfasis en la importancia de este espacio de conocimiento con perspectiva de género y derecho. Se dirigió a las participantes destacando que “demostraron un liderazgo efectivo, con sentido ético y humano”, y agregó que “están preparadas para asumir desafíos”, finalizó.
En la oportunidad, el Vice Gran Canciller de esta casa de estudios, André Hubert Sj, bendijo a las participantes del Diploma de Lideresa Comunitaria, felicitándolas por finalizar su proceso de formación e instándolas a perseverar en este camino de crecimiento y progreso en sus comunidades.
Lideresa
Jacqueline Díaz del Canto, lideresa con mejor promedio, compartió su experiencia a nombre de sus compañeras, “fuimos fortaleciendo nuestras voluntades, nuestras capacidades, nuestras inquietudes, y por sobretodo terminamos fortaleciéndonos como mujeres y siendo capaces el día de hoy de que nuestras metas sí pueden ser cumplidas”.
Puntualizó en que “todas nos centramos en que el ser mujer no tiene que ver con la nacionalidad, si no que pasa por nuestros corazones, sentimientos, metas y miedos. En este sentido, antes de comenzar el diploma todas estábamos marcando un camino, sin embargo, al finalizarlo nos dimos cuenta de que tenemos una gran misión en nuestras vidas y que las herramientas entregadas nos facilitará esa misión”.
Cabe destacar, que el diploma de “lideresa comunitaria” contó con la colaboración de distintos académicos de nuestra universidad, quienes fueron partícipe de todo el proceso formativo.