Desde la Municipalidad de Tocopilla, junto al Servicio de Jesuita Migrante (SJM), advierten la presencia de bandas organizadas, que lucran con el traslado e ingreso ilegal de inmigrantes venezolanos a Chile por pasos no habilitados. Sin considerar la crítica situación de vulnerabilidad con la que llegan los inmigrantes desde su territorio, los coyotes les estarían cobrando entre 200 y 500 dólares por familia para ingresar al país.
El Alcalde de Tocopilla, Luis Moyano, manifestó gran preocupación por la situación en la que se encuentra la comuna, ya que sostiene que se ha transformado en un paso obligado de traslado de venezolanos hacia la zona central del país. «La ciudad está sufriendo las consecuencias de este volumen de gente, somos un municipio chico que debemos soportar esta carga que no está considerada», agregó el alcalde.
“Nos comentan que hay vehículos que, en la medida que paguen, mueven a las personas de un punto a otro. Debe ser un negocio muy rentable por la cantidad de personas que estamos viendo y se lo dije al ministro del Interior, esta debe ser una mafia y hay que frenarla”, dijo Moyano al diario Timeline. Además mencionó que uno de estos grupos, supuestamente, estarían transitando por una zona fronteriza en la que todavía existen minas antipersonales que datan desde la dictadura de Augusto Pinochet, por lo que cualquier accidente habría ocasionado un conflicto internacional.
Lizza Aravena, jefa regional del SJM, reconoció que el hecho no se trata de un rumor, sino que es una situación que está ocurriendo. Señala además, que urge la necesidad de contar con protocolos internacionales para una migración segura, precisamente para evitar que aparezcan los “coyotes” en las fronteras.
“Están en los terminales de buses de Tacna (Perú), Oruro y La Paz (Bolivia), ofreciendo a las familias venezolanas el ingreso a Chile por pasos no habilitados, por el pago de 200, 300 y hasta 500 dólares, y eso no deja de ser trata de personas”, puntualizó Aravena.
Según indican los datos que recibe en el SJM, los “coyotes” cobran ofreciendo rutas que muchas veces no existen. “Se vulneran derechos, hemos escuchado una cantidad de testimonio de cosas horrorosas en los caminos, que no están lejos de las películas que veíamos sobre los mexicanos tratando de pasar a Estados Unidos”, señaló.
Dificultad para la comuna
Tocopilla registra una población total de 25 mil personas con poco más de diez mil viviendas, por lo que, la población flotante de extranjeros que llega a la ciudad representa un impacto difícil de absorber para la comuna. Además sobrepasa la capacidad máxima para otorgar servicios públicos. Cabe mencionar que es un tema que no solo perjudica a ese sector, sino que involucra procesos migratorios forzados, debido a la situación social de Venezuela y la alta migración de sus habitantes, que llegaría a los 7 millones en todo el mundo.
El alcalde de Tocopilla sostuvo que actualmente ni siquiera cuenta con recursos para tener un programa para las personas en situación de calle, por lo que es casi imposible acoger la demanda actual. “Hablé sobre esto con el ministro del Interior, quien dijo que este tema ‘nos sobrepasó’. La ciudad está sufriendo las consecuencias de este volumen de gente, somos un municipio chico que debemos soportar esta carga que no está considerada”, aseguró Moyano.
Así mismo asegura que en su comuna diariamente hay más de 200 inmigrantes en la calle, por lo que una posible solución para él sería trasladar a las personas hasta su zona de destino en el centro del país ya que garantiza que vienen a buscar empleo como temporeros o en la construcción. También advierte que los inmigrantes no cuentan con los exámenes PCR correspondientes, por lo que no hay certeza de si son positivos por Covid-19.
Lizza Aravena enfatiza en no criminalizar la migración, ya que los venezolanos que dejan su país lo hacen por condiciones que los forzaron a tomar esa decisión. “Son familias que lo están pasando mal, vienen de una situación crítica, no salieron de su país porque no tenían nada mejor que hacer”, recalcó.
El Servicio de Jesuitas Migrantes está generando una red zonal norte para entregar ayuda humanitaria junto a otras ONG, aunque una respuesta más robusta pasa por una asociación entre el gobierno, las organizaciones y las personas.