Luego de que las propias comunidades manifestaran la necesidad de reparar las sedes emplazadas en el macrocampamento Los Arenales, en Antofagasta, este domingo 10 de julio en el espacio en que funciona el comité La Unión del Norte se realizó el hito de entrega de las reparaciones de las sedes comunitarias del campamento Rayito de Esperanza y los comités La Unión del Norte y Eulogio Gordo.
Este proyecto tuvo una duración de seis meses y contó con la organización y planificación de la Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana de la Universidad Católica del Norte (UCN), la supervisión de la Escuela de Arquitectura UCN, y el aporte económico de Escondida | BHP y el Sindicato de Minera Spence.
Durante la actividad se efectuó la develación de las placas de cada sede, ocasión en que el rector de la UCN, Dr. Rodrigo Alda; junto a la directora general de Pastoral y Cultura Cristiana, Erika Tello Bianchi; la gestora social de la misma entidad, Paulina González; los académicos de la Escuela de Arquitectura, Carlos Miranda y Olaf Hans Christiansen; y dirigentes de los sectores beneficiados; realizaron el simbólico acto que significó el comienzo de nuevos aires y proyectos en el sector.
SOLIDARIDAD VECINAL
El punto destacado de la jornada fue el hecho de que las reparaciones fueron posibles gracias al trabajo mancomunado de las propias comunidades beneficiadas. Sobre este punto, Harry Salazar, presidente del campamento Rayito de Esperanza, explicó que “fue un trabajo de altos y bajos, pero gracias a la solidaridad y compromiso de los vecinos, la sede se encuentra terminada”.
Sensación parecida es la que tiene Gladys Lupaca, presidenta del comité Eulogio Gordo, quien emocionada manifiesta agradecimiento a su comunidad: “Fue un sacrificio constante de nuestros vecinos y eso es lo que más rescato de todo este evento”.
ESCUELA DE ARQUITECTURA
En general, las obras de reparación consideran el mejoramiento de cubiertas, tabiques y pisos; empaste y pintado de muros; reposición de puertas y ventanas; modernización sanitaria y del sistema eléctrico de cada sede comunitaria.
En este sentido, el rol de la Escuela de Arquitectura fue fundamental para el buen accionar de las comunidades. “Recogimos las ideas, vimos las posibilidades técnicas, cuantificamos los materiales y finalmente acompañamos a cada comunidad”, comentó Olaf Christiansen Quezada, administrador del taller de tecnología y material de la Escuela de Arquitectura.
Agregó que “es necesario continuar con esta senda de mejoras para que las familias del sector puedan congregarse en espacios comunitarios que tanta falta hacen”.
PROYECTOS
“La idea surgió por parte de las propias comunidades y dirigencias, en espacios de participación comunitaria. La reactivación de las ollas comunes puso urgencia en contar con sedes sociales o reparar aquellas existentes. Igualmente, la opción de contar con espacios de encuentro y ofrecer mejores condiciones al voluntariado educativo fueron los factores principales de estas reparaciones”, señaló Paulina González, gestora social de la Pastoral UCN. “Nuestro rol es acompañar a cada comunidad en la iniciativa que se lleva a cabo, estar al servicio de sus requerimientos, ya sea con motivo de estos proyectos o de otras intenciones que vayan surgiendo en el camino”, agregó.