La Universidad Católica del Norte (UCN) lamentó el fallecimiento de su investigador, académico y Doctor Honoris Causa, Carlos Espinosa Arancibia, uno de los grandes próceres del país, y particularmente en la Zona Norte, al ser el el creador del sistema de atrapanieblas, en la década de los 50.
Este fue un invento que le cosechó fama y reconocimiento nacional e internacional, con el cual se logró la recuperación del agua proveniente de la camanchaca (niebla costera). El artefacto fue diseñado con 360 barras de cobre de un metro de largo y una arpillera, lo que permitió tomar parte del agua de las nubes, condensarla y capturarla.
El Dr. Espinosa en su momento contó que este trabajo lo desarrolló, entre otros, junto a Elsa Terraza y unos colegas de apellido Villarroel y Olcay, profesores de Física y Matemáticas de la Universidad del Norte (hoy UCN).
Parecía simple, pero demandó años de trabajo y la creación vio la luz hasta 1956, momento en el que se integró a trabajar en la Universidad del Norte -UCN- que nació precisamente en ese año. Sus orígenes se dieron en respuesta a la terrible crisis por falta de agua, sumada a los frecuentes cortes de energía eléctrica, algo que se transformó en un drama constante para las familias antofagastinas al tener que soportar dichas carencias y de otros bienes.
HISTORIA
Espinosa nació el 29 de febrero de 1924, en la oficina Catalina del cantón Tal-tal, hijo de Héctor Espinosa y Blanca Arancibia. Junto a ellos y sus siete hermanos se instaló en Antofagasta. Estudió en el colegio San Luis, la Escuela N°4 y en el Liceo de Hombres. Posteriormente en su juventud emigró a Santiago para estudiar en el Pedagógico de la Universidad de Chile, siendo alumno del profesor, físico y poeta Nicanor Parra.
Finalizó sus estudios, pese a titularse a los 40 años de edad, y retornó a Antofagasta, oportunidad en la que se encontró con los enormes problemas de abastecimiento descritos anteriormente.
Si había agua, había apenas algunas horas, pero de mala calidad y con arsénico, lo que implicaba que pocos querían quedarse, menos se atrevían a venir. Incluso abundaba el desempleo, ya que ninguna industria podía soportar la falta de tan importante recurso.
Es, en este contexto, que el Dr. Espinosa y su equipo observaron el entorno y se dieron cuenta que la zona de Morro Moreno se caracterizaba, hasta hoy, por la permanente presencia de nubes. Entonces ideó el atrapanieblas. Fueron años de labor, hasta llegar a la figura geométrica que permitía recoger 300 litros promedio de agua por día.
Fundamental fue el apoyo de la ONU que aportó con recursos económicos. «Era un sistema simple. La estructura, que cabía en una maleta, se instalaba, pasaban las nubes, se mojaba la arpillera y caía por gravedad caía. Además era agua limpia, sin gérmenes, lo que confirmamos con análisis realizados en Argentina. El invento era, de verdad, una locura», afirmó en una entrevista realizada en El Mercurio de Antofagasta en 2018.
Es importante destacar que la relación del Dr. Espinosa con la UCN siempre estuvo ligada con las carreras de Ingeniería, Construcción y Arquitectura.
LEGADO
El rector de la UCN, Dr. Rodrigo Alda Varas, se pronunció ante el deceso de Espinosa y destacó el gigantesco aporte realizado por este científico nortino, quien fue reconocido como Doctor Honoris Causa por nuestra Casa de Estudios en mayo de 2013 en el marco de las actividades del aniversario de ese año.
“Su vida fue un ejemplo de lo que son las mujeres y hombres que habitamos este territorio. Tenemos fortaleza, decisión e inteligencia para sobreponernos a las adversidades. El atrapanieblas es un invento que aún sirve a numerosas poblaciones en distintas latitudes, lo que quedó como un legado para la humanidad”, manifestó.
Y agregó que “sumó investigaciones para producir hidrógeno verde y desarrollos en energía solar. Don Carlos fue un investigador de categoría mundial”.
A las palabras del rector Alda, se sumaron las del historiador y académico de la Escuela de Derecho de la UCN, Dr. José Antonio González, quien puso en relevancia la vida y obra del fallecido y su contribución a la investigación tanto a nivel regional como país.
“Carlos Espinosa pertenece a la generación pionera, pero también visionaria de los inicios de la Universidad del Norte, con la investigación de la energía solar y los atrapanieblas no solo en el norte sino en Chile, contribuyendo su patente de invento que donó a las Naciones Unidas para que fuera aprovechado en distintas zonas áridas. Un grande de la investigación”, subrayó.